El hígado es un órgano grande,
rojizo, que se sienta principalmente en la porción superior del abdomen encima
del estómago y debajo del diafragma. Pesa alrededor de 1,3 kg en mujeres y 1,8
kg en varones, lo que lo convierte el órgano sólido más grande del cuerpo. El hígado
requiere el 13% del riego sanguíneo y desempeña aproximadamente 500 funciones
distintas.
El hígado se compone de las
células llamadas hepatocitos, que absorben los alimentos y desintoxican la
sangre eliminando substancias nocivas. El hígado es por lo tanto un órgano
vital para la digestión y para librar al cuerpo de toxinas.
La enfermedad del hígado puede
darse como una condición heredada o puede ser provocada por los múltiples
factores que desencadenan un enfermedad hepática tal como una infección viral,
el consumo del alcohol ó la obesidad, por ejemplo. El daño hepático crónico
puede conllevar una cicatriz, una condición designada cirrosis. La Cirrosis es
una condición irreversible y peligrosa que puede llevar a la insuficiencia
hepática.
Síntomas de las enfermedades
hepáticas
Actualmente se conocen cientos de
enfermedades hepáticas y los síntomas pueden variar dependiendo de si un
paciente tiene hepatitis, enfermedad hepática alcohólica o cirrosis por
ejemplo.
Además, los síntomas no son
siempre obvios en la fase inicial de la enfermedad. Los síntomas pueden ser
leves y no específicos por ejemplo una pérdida del apetito, fatiga, malestar
general, náusea y el vómito o pérdida de peso. Tales síntomas se pueden pasar
por alto fácilmente en un paciente con enfermedad del fase inicial.
A medida que progresa la
enfermedad, sin embargo, algunas de las características clínicas que pueden
manifestarse incluyen:
Dolor en el abdomen superior
derecho
El dolor o el malestar se pueden
sentirse en el lado derecho superior del abdomen donde se sitúa el hígado. El
dolor puede ser causado por el hígado que aumenta de tamaño debido a la
acumulación de grasa, una inflamación aguda, o a cualquier daño que pueda
desplegar y estirar la membrana sensible que reviste el hígado.
Hepatomegalia
Esta enfermedad hepática puede
perturbar el flujo sanguíneo en el hígado o hacer que los generar tumores
(benignos o malos), que se suman a la masa del hígado. Algunas de las causas
más comunes de la hepatomegalia son el cáncer en metástasis, la enfermedad del
hígado graso y la cirrosis.
Ictericia
La Ictericia se reconocer por la
coloración amarilla de la piel, los ojos y de las uñas. Esto es debido a que el
hígado dañado no puede procesar adecuadamente la bilirrubina, el residuo que se
produce cuando se descomponen antiguos glóbulos rojos. Un exceso de bilirrubina
acumulada en la sangre y en la piel, causan la coloración amarillenta.
Síntomas de la cirrosis
En las primeras etapas de la
cirrosis, los síntomas pueden ser genéricos y leves. Los pacientes pueden por
lo tanto pasar por alto síntomas y atribuirlos a otras condiciones.
El término cirrosis se refiere a
la cicatrización (fibrosis) de una parte del tejido dónde han muerto
hepatocitos debido al daño hepático crónico. Esto puede haberse producido
debido a un exceso del consumo de alcohol, a la hepatitis viral o a otros
factores que lleven a la toxicidad del hígado.
La fibrosis del hígado está
caracterizada por la presencia de tumores o de nódulos irregulares dónde antes
había el tejido liso del hígado. Estos marcan el tejido con una cicatriz que
lleva al endurecimiento del tejido del hígado que previene el riego sanguíneo
al hígado y afecta su funcionamiento.
Mientras que la cirrosis se
desarrolla gradualmente y a menudo sin síntomas obvios, la condición puede
pasar desapercibida hasta que el daño sea grave y probablemente lleve a la
insuficiencia hepática.
Algunos de los síntomas de la
cirrosis del hígado se describen a continuación:
El Picor
También llamado prurito, éste
puede ser causado por una substancia química en la bilis que se acumula en la
circulación sanguínea (ictericia). Aunque el prurito sea un síntoma común, no
siempre se presenta. Cuando ocurre este síntoma, puede ser inquietante e
incluso debilitante, causando un picor intenso por toda la superficie de la
piel.
Hematomas
El Daño hepático puede prevenir
la producción de las proteínas requeridas para la coagulación de la sangre, lo
que puede llevar a una tendencia creciente a magullarse o a la aparición de
hematomas.
Desequilibrios hormonales
Un hígado dañado tiene puede
tener dificultades en regular la producción y la descomposición de hormonas. En
los varones, esto puede llevar a un aumento de los pechos (gynecomastia) y al
encogimiento de los testículos, mientras que en las mujeres el ciclo menstrual
puede verse afectado.
Angiomas aracniforme
Los angiomas de aracniformes son
pequeños capilares que son visibles apenas por debajo la superficie de la piel
en forma de araña. Éstos se producen cuando aumenta el nivel del estrógeno de
una persona. Esto puede ocurrir si el hígado no puede metabolizar adecuadamente
la hormona. Aproximadamente el 33% de las personas con cirrosis desarrollan
angiomas aracniformes.
Encefalopatía
La encefalopatía hepática se
refiere a una disminución de la función del cerebro que ocurre como
consecuencia de las substancias tóxicas que se han acumulado en el cerebro
porque el hígado no puede eliminarlas de forma más efectiva.
Los estudios han relacionado algunas
sustancias con las causa de la encefalopatía hepática. Entre ellos están el
amoniaco, los ácidos grasos sueltos y los falsos neurotransmisores.
Esta complicación de la cirrosis
puede provocar síntomas tales como la confusión, pérdida de la memoria a corto
plazo e incluso pérdida de la conciencia.
Ascitis
La Ascitis se refiere a la
retención del edema o del líquido que se produce a causa del pobre
funcionamiento del riñón durante cirrosis. Una disminución de la función renal
conlleva la retención del sodio y del agua.
Hipertensión portal
Cuando la cirrosis ha llevado a
una cicatrización severa del hígado, se previene el riego sanguíneo al hígado.
Esto causa un aumento de la presión a medida que la sangre irá a acumularse en
la vena que suministra al hígado. Esta se llama la vena porta y la presión
creciente se denomina hipertensión portal.
A medida que la presión aumenta,
la sangre comienza a circular por venas alternativas que están en el esófago y
en el estómago. A estas venas se les llaman varices, y sus paredes son frágiles
y propensas al ruptura. Una hemorragia en una de estas venas provoca una
hemorragia interna que se percibe como principalmente como una hematemesis
(vómito de sangre) o una melena (deposición negra).
La ruptura de las varices es una
complicación muy grave de la cirrosis que pone que peligra la vida del paciente
y quiere atención médica urgente.
Fuente: http://www.news-medical.net/health/Liver-disease-symptoms-%28Spanish%29.aspx
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